Es la presunción infundada de padecer una enfermedad por la sintomatología basada en los resultados de búsqueda online. O lo que es lo mismo, la hipocondría de toda la vida elevada al máximo nivel puesto que la búsqueda en internet de síntomas puede no tener fin.
La cibercondría es una preocupación creciente en muchos profesionales de la salud, ya que los pacientes tienen a su alcance infinidad de buscadores y pueden investigar todos y cada uno de los síntomas de su enfermedad, y a la vez dudar o cuestionar las decisiones médicas.
Si a la obsesión que tienen los hipocondríacos le sumamos las infinitas posibilidades que nos da la cibernética, y las tan temidas fake news médicas, estamos ante un cóctel molotov para aquellas personas que se auto convencen de padecer una enfermedad que no tienen.
Este impulso de buscar nuestros síntomas en Internet en lugar de consultar primero con un médico ha aumentado de forma abismal durante los meses de pandemia, probablemente por el miedo o la dificultad de acudir a nuestro centro médico. Según una encuesta realizada recientemente, el 88 % de las personas en España se acaba diagnosticando a partir de sus consultas por internet en lugar de buscar el asesoramiento de un doctor.
El riesgo de autodiagnosticarse por internet es más grave de lo que parece, y puede conllevar consecuencias muy negativas en ocasiones.
Buscar en Google síntomas de enfermedades puede resultar útil a mucha gente para tranquilizarse, y en cambio, en otras personas puede desencadenar un estado de ansiedad como consecuencia de la misma búsqueda.
Internet es por tanto una arma de doble filo, incluso para nosotros los doctores, que por supuesto también tiramos de Google en muchas ocasiones. Con la diferencia que nos es más fácil contrastar la información con tan solo mirar el tipo de web que visitamos. No es lo mismo leer en una web de una revista de divulgación para el público en general, que una revisión bibliográfica de un hospital de referencia mundial.
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