Nos llegan de Japón las propuestas más innovadoras para ordenar nuestra casa, nuestro armario, nuestra oficina, en definitiva, nuestra vida.
Las filosofías Zen y Budista hace años que aconsejan ordenar nuestros ambientes lo mejor posible, porqué en el orden radica gran parte de nuestra felicidad. El orden relaja nuestra mentes, disminuye el estrés, provoca sentimientos positivos y mejora nuestro rendimiento.
La clave para ordenar cualquier espacio es deshacerse de todo aquello que no sea necesario o que consideremos que lo guardamos por si un día... cuando sabemos que ese día no llegará.
Para ello es fundamental tener en cuenta unas nociones básicas:
Ya no es necesario en la época actual guardar un montón de facturas, instrucciones de electrodomesticos, ... todo aquello que en un momento dado podemos recuperar a través de internet.
No guardar las cosas en cajas y fuera de nuestra vista, porqué eso no es ordenar sino esconder.
Cuando dudes si merece la pena guardar un objeto, pregúntate si te despierta algún placer o recuerdo agradable. Si no despierta ningún sentimiento positivo no deberías aferrarte a él.
Las pertenencias que no ves desde hace más de un año porqué no están a la vista o a un alcance rápido de tu mano, son pertenencias que nunca más vas a acordarte de ellas.
Todo aquello que no has usado en el último año es muy probable que nunca vuelcas a usarlo.
Una vez hemos superado ese sentimiento incómodo que nos produce la sensación de pérdida de algo presuntamente importante, nuestra mente será mucho más fuerte a combatir otros procesos de ansiedad más importantes.
Antes de ordenar, debemos agrupar todos los objetos por categorías ( zapatos, ropa, recuerdos, papeles, juguetes,...). Nunca debemos guardar dos cosas de la misma categoría en lugares distintos.
Echar mano de las teorías minimalistas nos ayudará a generar ambientes mucho más relajados y fácilmente ordenables.
El orden influye no solo en nuestra mejor calidad de vida, también influye de forma muy positiva en nuestra personalidad.
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